Uno aprecia el verdadero valor de lo que tiene en el momento en que lo deja de tener, sea por una hora, sea por un mes, sea por un año o sea por siempre
Desde chicos somos acostumbrados a la posesión o a la carencia de determinados objetos y personas. Hay gente que puede disponer de todo lo imprescindible (sea comida, ropa, etc.) y otra que no. También hay gente que puede disfrutar de una familia unida y completa, pero otra a la que le falta un miembro importante. Generalmente a los que no les falta nada son los que les cuesta más apreciar el valor de lo que tienen, porque siempre lo tuvieron.
Una de las formas de darnos cuenta la carencia de algo es cuando se corta el suministro de luz, agua o gas. Ahí uno puede comenzar a comprender la importancia de dichos elementos en nuestra vida cotidiana. Lo mismo ocurre cuando nos falta algún objeto al que le tenemos mucho cariño y que de un día para otro no podemos encontrar. En este aspecto, las cosas materiales son las que necesitamos y que por un momento de falta comenzamos a tomar noción de lo importantes que son.
No hay que dejar de lado el sentimiento. Muchas veces uno siente que no aprovecha lo suficiente a su familia, que podría pasar más tiempo con ellos, compartir lo que pasa durante el día. Pero cuando ellos falten, es un hecho irreversible y hay dos sentimientos posible: la satisfacción o el arrepentimiento. Lo mismo puede ocurrir con la persona que uno ama. Hay que aprender a valorar a la gente que tenemos a nuestro alrededor, porque no sabemos por cuánto tiempo van a estar, ni tampoco podemos tomar noción de lo importante que son en nuestras vidas.
Retomo la cuestión del tiempo. Todo nos lleva a este aspecto tan abundante como carente, dependiendo de la circunstancia. Hay que intentar reflexionar un poco, salir de uno mismo, para tomar conciencia de todo lo que nos rodea; de la gente, de los objetos, de todo y de todos. La vida (ni la nuestra ni la de los demás) tiene fecha de vencimiento. No sabemos cuánto vamos a estar, pero mientras vivamos es importante la búsqueda de la felicidad, porque cuanto mejor es el camino, mejor es la llegada a la meta.
Primero que nada, quiero que sepas que me encanta cómo escribís, chiquito.
ResponderEliminarPor otro lado, debo admitir que me suele pasar que valoro lo que tengo cuando lo pierdo. Sin embargo, estoy segura de que eso no me va a pasar con vos, porque te valoro desde el principio y lo voy a seguir haciendo ETERNAMENTE.
En fin, creo que sabes todo lo que me pasa con vos. Sos el amor de mi vida, y te amo con todo mi ser.
Me alegra saber y confiar en que cada palabra que leo es real y sé que va a ser así. Es la clave de la vida y la felicidad, yo ya la encontré, pero quiero compartir el proceso con los demás...es único todo lo que me está pasando en este momento
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