lunes, 27 de junio de 2011

Cosa del pasado

El pasado no hay que pisarlo ni olvidarlo, hay que asimilarlo y tomarlo como una experiencia más de esta aventura llamada vida.

La pregunta de la imagen es la que muchos tenemos en la cabeza cuando algo o alguien en el pasado nos ha desilusionado. La respuesta que viene primero es "hay que olvidar y empezar de nuevo". La experiencia me dice y seguramente a casi todos que eso no es posible. Entonces, ¿qué hacer para poder escribir el futuro?

Las malas experiencias nos sirven justamente para eso, para adquirir experiencia. Es imposible olvidar las cosas que marcaron un cambio en nuestra vida, pero tampoco es posible ni saludable vivir del recuerdo de lo que pasó, porque la vida sigue. Por eso es que detesto la frase: "lo pasado, pisado" porque implica cierta agresividad. Prefiero usar "asimilar" porque esto implica tomar lo mejor de todo lo que pasó y que eso permanezca. El resto se puede desechar, pero lo que pasó no se debe ni se puede olvidar, justamente para no volver a repetir los mismos errores.

Esta es la forma en que podemos empezar a escribir futuro, asimilando el pasado. Normalmente creemos que el olvido es la salida, y no está mal intentarlo para darse cuenta que no es posible. Para darse cuenta hay que experimentarlo, no sirve que otro te lo diga, porque tiene que ser parte de la propia experiencia. Esto permite evitar cometer los mismos errores y continuar en esta aventura llamada vida, que debemos disfrutar lo más posible, pero siempre tomando de la mejor manera el pasado que, tal vez, en un momento nos hizo mal.

martes, 21 de junio de 2011

Disfrute a tiempo

Uno aprecia el verdadero valor de lo que tiene en el momento en que lo deja de tener, sea por una hora, sea por un mes, sea por un año o sea por siempre

Desde chicos somos acostumbrados a la posesión o a la carencia de determinados objetos y personas. Hay gente que puede disponer de todo lo imprescindible (sea comida, ropa, etc.) y otra que no. También hay gente que puede disfrutar de una familia unida y completa, pero otra a la que le falta un miembro importante. Generalmente a los que no les falta nada son los que les cuesta más apreciar el valor de lo que tienen, porque siempre lo tuvieron.

Una de las formas de darnos cuenta la carencia de algo es cuando se corta el suministro de luz, agua o gas. Ahí uno puede comenzar a comprender la importancia de dichos elementos en nuestra vida cotidiana. Lo mismo ocurre cuando nos falta algún objeto al que le tenemos mucho cariño y que de un día para otro no podemos encontrar. En este aspecto, las cosas materiales son las que necesitamos y que por un momento de falta comenzamos a tomar noción de lo importantes que son.
No hay que dejar de lado el sentimiento. Muchas veces uno siente que no aprovecha lo suficiente a su familia, que podría pasar más tiempo con ellos, compartir lo que pasa durante el día. Pero cuando ellos falten, es un hecho irreversible y hay dos sentimientos posible: la satisfacción o el arrepentimiento. Lo mismo puede ocurrir con la persona que uno ama. Hay que aprender a valorar a la gente que tenemos a nuestro alrededor, porque no sabemos por cuánto tiempo van a estar, ni tampoco podemos tomar noción de lo importante que son en nuestras vidas.

Retomo la cuestión del tiempo. Todo nos lleva a este aspecto tan abundante como carente, dependiendo de la circunstancia. Hay que intentar reflexionar un poco, salir de uno mismo, para tomar conciencia de todo lo que nos rodea; de la gente, de los objetos, de todo y de todos. La vida (ni la nuestra ni la de los demás) tiene fecha de vencimiento. No sabemos cuánto vamos a estar, pero mientras vivamos es importante la búsqueda de la felicidad,  porque cuanto mejor es el camino, mejor es la llegada a la meta.

viernes, 10 de junio de 2011

Vida y tiempo

El tiempo es vida. La vida es tiempo

Tiempo y vida son dos palabras que se encuentran tan cercanas como alejadas en las vivencias de las personas. Como dice la frase del principio, el tiempo nos da la vida y la vida también nos da el tiempo, y es importante profundizar un poco en estos aspectos.

El tiempo, ese amigo que cuando lo necesitamos no está y cuando no lo requerimos hay de sobra, es lo que nos permite vivir. Cuando uno hace un buen uso del tiempo, siente que la vida adquiere un mejor significado, especialmente cuando lo dedica a compartir con otras personas. No voy a negar que si se aprovecha el tiempo estudiando o trabajando se genera cierta satisfacción, pero incomparable a la de estar con otra gente. El tiempo es ese infinito que no podemos tomar noción, porque parece que hay tanto por delante, pero cuando pasa aparenta haber pasado tan rápido. Por eso se dice que la vida pasa rápido, porque el tiempo se pasa rápido...el tiempo es vida

La vida, esa aventura maravillosa en la que nos vemos inmersos por una voluntad que nos excede, se basa en el tiempo. Una vida sin tiempo pasaría fugazmente. Pero no. El tiempo se va extendiendo y adquiere la magnitud de la vida, es decir, corren paralelamente. La vida a veces nos permite hacer buen uso del tiempo, otras veces no, pero siempre nos permite tener en claro que la vida es tiempo

Es necesario tomar noción de esta interrelación entre tiempo y vida. Una no puede existir si la otra parte no está presente. Pero cada vida tiene tiempos distintos, mientras que el tiempo, a su vez, brinda a cada persona una vida distinta, según sepa administrarlo cada uno. Por este motivo, es necesario hacer un buen uso del tiempo, sabiendo que así es mejor la vida, y hacer buen uso de la vida, sabiendo que no sabemos cuánto tiempo la vamos a poder disfrutar. ¡A vivir!

jueves, 9 de junio de 2011

Elecciones de vida

Qué bien se siente cuando uno hace una elección y día a día siente orgulloso de esa decisión y lo volvería a hacer una y mil veces sin vacilar





La vida se basa en elecciones. Uno va eligiendo entre lo que le hace bien y lo que lo perjudica. A veces nos podemos equivocar, pero eso nos sirve para aprender qué caminos no hay que tomar. La vida no es una elección, porque nacemos por una voluntad divina, pero sí se basa en elecciones.

No siempre las elecciones son negativas. A veces uno toma decisiones que siente que le favorece, desde lo más simple hasta lo más abstracto. En ese estado de seguridad en las decisiones que se toman, no hay nada más satisfactorio que sentir que se está haciendo lo correcto, y lo haría un millón de veces sin vacilar. 

Nadie nos asegura que las decisiones que tomamos nos van a favorecer o van a ser perjudiciales, pero es necesario intentar para progresar en la vida. Se trata de ensayo y error, pero cuando uno cree que tomó la decisión correcta, lo haría muchas veces más, y el sentimiento de seguridad es algo incomparable. 

El cuidado ideal

Cuando uno no cuida lo que quiere, lo pierde y si lo cuida demasiado, también lo pierde...todo debe ser en su justa medida, los excesos no son buenos


El modo en que se debe cuidar a una persona que uno realmente quiere es un gran cuestionamiento que todos nos planteamos. Depende mucho de los gustos de la otra persona, de cómo prefiere que la traten, pero a base de ciertas experiencias (mías y de allegados) he llegado a conclusiones específicas y que se resumen en la frase expuesta al inicio.


A veces creemos que el modo de conseguir permanecer al lado de una persona es atándola, celándola a más no poder. Pero los celos, en cierto modo, son síntomas de desconfianza entre las personas. Entonces, la solución no es atar a la otra persona, porque llega un momento en el cual se va a cansar de tanta persecusión y los resultados no van a ser los esperados. Si lo cuida demasiado, lo pierde.


Tampoco hay que ser extremistas. La desatención total hacia la otra persona, en algún momento, va a generar el desgaste. Es necesario mostrar interés, preocuparse por satisfacer los deseos de la otra persona, en fin...de eso se trata una relación. Si uno no cuida lo que quiere, lo pierde

La solución se encuentra en el equilibrio. Interesarse, pero no perseguir; preocuparse, pero no desesperar. Como en todos los aspectos de la vida, los excesos no son buenos. Todo debe ser en su justa medida

lunes, 6 de junio de 2011

Apertura mental

Todo comenzó una vez, en algún lugar remoto de la Ciudad de Buenos Aires. Una persona con mucho interés en pensar la vida, sin dejar de vivirla, decidió que tal vez los pensamientos propios le podían ser útiles a otras personas.

¿Cuál es el sentido de la vida? ¿De dónde venimos y hacia dónde vamos? ¿Cuál es la clave del éxito y de la felicidad?

Muchas personas a lo largo de la historia intentaron encontrarle una respuesta a todas estas preguntas. Ninguna pudo. Solo se lograron aproximaciones, algunas frases que encuentran mínimas respuestas, pero que no forman parte de una receta universal para conseguirlas.

Buscar ser una persona virtuosa, con los valores al frente, es lo que la mayoría buscamos. La felicidad se puede conseguir, pero cada cual a su manera. Lo que esa persona (que a partir de este momento se va a llamar como yo, Patricio) quiere, es compartir las reflexiones a partir de frases que salen del interior, o también frases de autores, para intentar hablar un poco y comprender la felicidad y la vida.

Le da el título al blog, le da el sentido a la vida, busca formar personas de bien. De eso se trata el blog, sobre la vida y la felicidad...